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DIDÁCTICA de la FILOSOFÍA

Un mensaje de Carlos R E a la lista Alcida

Un mensaje de Carlos R E a la lista Alcida Buenas noches. Me pidió Carlos si podía re-publicar este correo aquí como post.

Por supuesto. Sólo hay que buscar un momento para facilitar la voz.

CP

----- Original Message -----
From: Carlos Rodríguez Estacio
To: alcida@elistas.net
Sent: Thursday, April 28, 2005 11:23 AM
Subject: bachillerato light = filosofía light

Estoy de acuerdo con Pepe Ramos en que lo realmente grave es la andanada contra la enseñanza en general. En realidad la jibarización de las asignaturas (verdaderamente) filosóficas no es más que una consecuencia de lo anterior.
En el artículo 5.5. del anteproyecto se dice que "el sistema educativo tenderá progresivamente a promover que toda la población alcance una formación de nivel de educación secundaria postobligatoria o equivalente". O sea, que "toda la población" ha de tener terminado un bachillerato o un ciclo formativo de grado medio. En otras ocasiones, han hablado de un compromiso con la Unión Europea para alcanzar a corto plazo el 80%. Como se descarta conseguir eso por la vía de una mejora real de la enseñanza, sólo queda entonces instituir procedimientos de "maquillaje estadístico".
Si se analizan declaraciones de los cargos ministeriales o bien el propio documento de base, nos encontramos con una intención explícita de que el bachillerato pierda su "carácter elitista" (así les parece a ellos desde los horizontes lúdicos y mayormente iletrados de la etapa anterior) y se convierta en un tránsito suave hacia la formación profesional de grado superior. Así el MEC ha manifestado en varias ocasiones que hasta ahora el bachillerato ha cumplido bien su función de preparar para la universidad, pero no así sus otras funciones. Incluso tienen en el magín crear una línea de bachillerato que catapulte en volandas a la FP, con presencia mayoritaria de asignaturas propias de la rama profesional que se vaya a cursar (en esta itinerario sólo habría este tipo de asignaturas y las comunes; por eso Kant y compañía han de desaparecer de ese acervo común, so riesgo grave de fracaso escolar).
De ahí el fastidio, ni siquiera disimulado, que en el documento de base se vertía sobre el profesor de bachillerato, empeñado "anti-democráticamente" en exigir un cierto nivel académico a sus alumnos (en la ESO están menos preocupados, por la evaluación colegiada y por la presencia de docentes más "comprensivos", entre otras razones).
Esto supone liquidar la enseñanza media, pues se pasa sin solución de continuidad de una enseñanza primaria (toda la obligatoria) a la especialización profesional o académica. Frente a la orientación hacia una profesión concreta que persigue ésta, la enseñanza media se ocupa de forjar ciudadanos independientes y con sentido crítico. Es aquí donde cumplen su función las asignaturas filosóficas, por eso inevitablemente la suerte de éstas está unida a la de la pervivencia de una enseñanza media de nivel. Francamente no encaja muy bien explicar el "hilemorfismo", los "juicios sintéticos a priori" o la "voluntad de poder" con la intención de convertir el bachillerato en mera pasarela hacia la FP. Es lógico, pues, que las tareas que pretendan asignarnos pasen por proporcionar una pátina de formación cívica o una suerte de márketing cultural light, sin apenas exigencia académica. Las nuevas asignaturas, en efecto, nacen con el propósito de hacer más transitable el bachillerato, y así acabar por fin con la discriminación de que solo obtengan ese título aquellos que han mostrado cierto nivel de competencia cultural. El precio de acabar con el fracaso escolar es, naturalmente, acabar también con el éxito escolar. La LOGSE misma.
Como decía Ferlosio, "mientras no cambien los dioses, nada habrá cambiado". En este modelo no tienen cabida las asignaturas filosóficas y sólo podemos aspirar a parches que nos permitan horas suficientes para no salir desplazado. Nada más. Por eso en mi opinión es prioritario restituir a la enseñanza media su dignidad académica, lo cual pasa, entre otras muchas cosas, por un bachillerato de al menos tres años.
Por lo mismo me parece una dirección errónea y de escasa trayectoria los movimientos gremialistas cuando lo que hay en juego es la pervivencia de un bachillerato con una mínima excelencia académica, condición de posibilidad de todo lo demás.
Leer en el anteproyecto que en bachillerato rigen los mismos criterios de admisión que en las otras etapas obligatorias, mientras que para ingresar en los ciclos formativos (de grado medio o superior) se atiende "exclusivamente al expediente académico de los alumnos", y además se instituye la superación de una prueba específica para "mostrar las aptitudes necesarias para cursar con aprovechamiento el ciclo de que se trate" (lo que siempre ha sido motivo de grande escándalo aplicado al bachillerato) nos indica bien a las claras por dónde van los tiros. Es una constante en las reformas socialistas la ambición por devaluar el bachillerato como medida "democratizadora" (en realidad, es exactamente lo contrario). En ese sentido esta ley promete ir más lejos que la LOGSE. Y nosotros más bajo.

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