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DIDÁCTICA de la FILOSOFÍA

Straussiana II

Straussiana II

Al hilo de los comentarios a la primera entrega, he de señalar que una de las alternativas a la que se refiere Strauss es: ¿Tragedia o comedia? Sin duda, de larga tradición. Al parecer la mayoría de los comentaristas se decantan por la tragedia para encajar – pensar- la situación actual de la filosofía en el sistema educativo. Incluso se desgranan hermosas referencias a la necrofilia, ayes marianescos, etc… Con respecto a esto, he de decir que Strauss señala que adjudicar mayor profundidad a la tragedia que a la comedia no es en absoluto, un prejuicio moderno. Ya Platón caminaba por senderos tragediantes… Cfr.: ¡Qué bonito el tema del héroe y el traidor borgiano o la estrategia de la araña bertolluciana- versión fílmica del asunto-¡
Voy a poneros un poco en contexto. Acerca de las cuatro fuentes principales sobre Sócrates, a Strauss no le parece azaroso ni casual que la primera, cronológicamente hablando, sea la comedia Las nubes de Aristófanes. Tampoco le parece plausible afirmar, con Platón, que dicha obra constituya una acusación contra Sócrates más que una advertencia amistosa – realizada por un correligionario político- “mezcla de admiración y envidia” –según Platón, en el Filebo, si algo caracteriza a la comedia es que la condición del alma en ellas es mezcla del placer derivado de las desgracias de los propios amigos, o de la inocua sobrestimación que ellos hacen de su propia sabiduría, con el dolor de la envidia; según Strauss, lo que envidia Aristófanes de Sócrates es su independencia del aplauso del público. Llegados a este punto, cabe optar o bien por la visión tragediante de dicha figura – Platón- o por la visión cómica de la misma –Aristófanes-. Razones straussianas para optar por la segunda:
-Sócrates río alguna vez, pero no encontramos nunca que llorase ni tan sólo una vez. No hay ejemplos de sus lágrimas pero sí de sus risas, chanzas y bromas.
-Su ironía es proverbial.
-No es una figura trágica, pero resulta fácil ver cómo puede convertirse, sin mucho esfuerzo ni maquillaje, en una figura cómica.
Basta de paráfrasis os dejo un sabroso fragmento de Strauss:
“El filósofo que cae en el pozo mientras contempla los cuerpos celeste o el filósofo que, habiendo dejado la caverna de la vida ordinaria, vuelve a ella y no puede encontrar el camino de regreso resultan, por supuesto, ridículos, como apunta el mismo Sócrates platónico. Visto desde la perspectiva de los no filósofos, el filósofo es necesariamente ridículo, y visto desde la óptica del filósofo, los no filósofos son necesariamente ridículos; el encuentro entre los filósofos y los no filósofos es el tema natural de la comedia.” ( El problema de Sócrates: Cinco Lecciones)
Ahora bien; ¿qué elegimos para afrontar la actual situación: la opción Lubistch o la opción Wilder? Personalmente, la opción Allen la descarto por ser deudora de las anteriores y de alguna más y no suponer una verdadera alternativa – no quiero extenderme en el particular por farragoso y estéril-.

P.D.: Espero que mis carcajadas ante la reciente convocatoria de la Hispalense para pensar sobre las Humanidades se oigan bien el silencio de la blogosfera.

Samuel Izquierdo

3 comentarios

samuel Izquierdo -

¿Haces coincidr comedia con desencanto, Antonio? ¿Y tragedia, con esperanza? Si es así eres un tragediante. Por otro lado, Strauss no se decanta sólo diagnóstica. Las categorías que propones son fundamentalmente políticas, yo no las asumiría sin mirar detenidamente sus implicaciones ontológicas y además creo que el emparejamiento es el inverso: comedia esperanza; tragedia desencanto, aunque lo veo forzado al referirlo al contexto del mundo clásico.
Para Luis:
Strauss, l: ¿Progreso o retorno? Paidós, Barcelona, 2004
Es una buena introducción al pensamiento de Strauss, espero que te enganche y te hagas con la obra completa - pa poder pedirtela prestada- que tengo que ahorrá pa los churumbeles. Jejejeje.

luis -

¿Puedes dar en el blog la referencia bibliográfica del autor?

antonio -

Esta entrega me ha servido para entender mejor la primera, sobre todo eso de las alternativas permanentes... Pero en vez de tragedia/comedia no será en el fondo esperanza/desencanto. Es decir, ¿no se está decantando ya el autor, por la segunda opción? ¿y tú con él?