Blogia
DIDÁCTICA de la FILOSOFÍA

Más sobre orientación filosófica y psicología

En el último Congreso Internacional de Filosofía Práctica, celebrado en Sevilla, Lou Marinoff
se ocupó magistralmente de esta cuestión, con cuatro ejes de distinción o demarcación: funcional, regulativo o legislativo, profesional y metadialógico. Dibujó un panorama bastante exhaustivo que iba desde la psicoterapia al bartender, desde el psicoanálisis al philosophical counseling (pasando por el pastoral counseling), desde los modelos de imitación alopática a los modelos holísticos (incluida la autoayuda, el new ageism y la brand therapy). Ojalá salgan pronto las actas.

Creo que hay espacio para toda clase de orientación y asesoría, y espacio también para la libre competencia. Cada quien, con el debido conocimiento, escogerá sobre la base de la consistencia intelectual, la utilidad o la eficacia de cada práctica de orientación concreta, supongo.

Creo también, dejando a un lado la metafísica, que la distinción entre psicología y filosofía práctica es muy clara, a pesar del aspecto selvático de sus corrientes. Todas las psicologías parten de un esquema narrativo, biográfico, e inciden en la base emotiva o sentimental de la conducta. Las distintas corrientes de asesoría filosófica, con mayor o menor acento en lo terápico o en el aspecto dialógico, se centran en la base racional del comportamiento y se ocupan no de traumas biográficos sino de problemas conceptuales o de comprensión, de cuestiones no psicológicas como la moralidad privada o la ética profesional, el significado, el valor, los propósitos, la realización personal o profesional, los sistemas de creencias inconsistentes y la interpretación y análisis de los cambios vitales.

Puede y debe haber lugar para ambas disciplinas. Ya lo ha dicho en estas páginas Antonio Pino, "el trabajo terapéutico y emocional es necesario pero no suficiente", "las prácticas filosóficas vienen a completar ese trabajo". No puedo, sin embargo, dejar de llamar la atención, como hace Marinoff, sobre la falacia “post hoc, ergo propter hoc” tan común en la consultoría psicológica.

Luis F. Navarro


0 comentarios