El arte de vivir (Sócrates) (4)
"El Sócrates de Platón’ es aparentemente uno de los personajes, reales o literarios, más enigmáticos de la antigüedad, o al menos de los más contradictorios de entre los autores que pertenecen al acervo universal. Un tábano para la ciudad de Atenas , que por una misión divina se habría dedicado a interrogar a sus ciudadanos, tratando de despertarles, de persuadirles y reprocharles, de mostrarles que no saben, cuando creían saber . Alguien que considera que una vida sin examen no merece la pena, y que ayudaría sin forzar, en un sentido o en otro, a que cada uno de sus interlocutores llevara a cabo un examen de sí mismo. Un ser, vivo o literario, que consideraría que es peor hacer el mal que recibirlo y que nadie hace daño a sabiendas…
Lo constitutivo de Sócrates y del concepto de ironía sería, pues, una distancia. Entre la sinceridad y una disimulación cercana al engaño, oscilando entre ellos, estaría el ocultamiento, que no engaña, pero que tampoco revela. En esa alternancia se asemejaría la ironía a la dialéctica y en su ser indiferente a la verdad y falsedad se alejaría de ella…
En una ocasión, según nos cuenta Jenofonte, el sofista Hipias acusó a Sócrates de hacer preguntas sobre las virtudes, pero sin ofrecer nunca sus respuestas. Y éste le respondió, de un modo en principio sorprendente, que él siempre estaba «demostrando» su propia concepción de la justicia. Al pedirle Hipias que definiese lo que es la justicia, le respondió que su demostración consistía en que él nunca actuaba injustamente, y que sus acciones eran una evidencia mucho más seria que sus palabras...
Como decía cierto filósofo, si quieres saber si alguien es un santo, no le pidas una demostración, un argumento ligado a un paradigma de racionalidad científica, una demostración lógico-deductiva, pídele que te muestre su vida. La filosofía, la ética, el magisterio socrático podrían ser una cuestión más mostrativa que demostrativa. El saber de la arete no sería un saber técnico, de la techne, que consistiría en un saber de los medios adecuados para alcanzar metas determinadas, y que nada se plantearía sobre éstas, esto es, un saber éticamente neutral, sino que sería una pregunta por estas metas...
La ironía de Sócrates como forma de vida no se defiende con argumentos de tipo lógico-deductivos, pero tampoco queda en la mera proposición, ni en la persuasión, esto es, en una suerte de proceder irracional. Antes bien, a mi juicio, la propuesta socrática descansaría en una concepción amplia de racionalidad, en el mostrar cómo un modo de vida puede contribuirá enriquecer el nuestro, o en mostrar cómo estamos en contradicción con aquel en el que nos encontramos. Se trataría en realidad de dejar que cada uno en base a esas preguntas y sus respuestas, tuviera en cuenta estas consideraciones a la hora de cambiar su vida, de fundamentar sus preferencias, de reintegrarse en su comunidad discursiva. Y la propuesta socrática sería además, puede desprenderse de lo dicho, una propuesta social, para la.polis, y no sólo un proyecto personal, para el cuidado de sí."
tomado de Vicente Raga Rosaleny: La ironía socrática como arte de vivir