LA ROSA MARCHITA
He pasado por varios sistemas educativos como profesor de Filosofía: comencé por la Ley General de Educación del 70, que aún estaba vigente a finales de los 80, cuando inicié mi quehacer docente, continué con la experimentación de "la Reforma" previa a la LOGSE, anticipé la "LOGSE" y he sido testigo de "la Reforma de las Humanidades", la "LOCE" y, ahora, estoy a la espera, como todos y todas, de lo que pueda pasar con la "LOE".A medida que pasaban los años, y los sistemas y reformas, mis preocupaciones se fueron extendiendo de las materias que programaba y/o impartía (Ética, Introducción a la Filosofía, Historia de la Filosofía; Educación para la Convivencia, Teoría del Conocimiento, Historia de la Filosofía, Sociología, Psicología; Vida Moral y Reflexión Ética, Filosofía, Historia de la Filosofía, Historia del Pensamiento Científico, Historia del Pensamiento Político, Sociología, Psicología, Antropología...) a la Educación en general: a la vida del centro, a las normas de convivencia, a la participación, al trabajo en equipo, a la manía de no conocer ni cumplir las leyes educativas que a veces nos invade...
Ahora me tengo que preocupar por las dos cosas.
La Filosofía y la Ética pierden una relevancia en el nuevo sistema educativo, es obvio. Me da igual los cambalaches aritméticos que pueda usar nadie para convencer: no son las horas, sino la calificación y el contenido de las materias lo que en primer lugar es preocupante. Las horas son una consecuencia incómoda, especialmente para los licenciados de Filosofía en paro y para el profesorado que esté esperando conseguir traslado (por no hablar de los desplazados...), pero olvidémosla un momento y pensemos: ¿qué significa ese truco de la "asignatura común en una sola modalidad"?. Las leyes orgánicas, aunque parezca mentira si uno mira el historial de las leyes educativas españolas, son difíciles de cambiar. Esta ley orgánica reduce el carácter fijo y universal de la Filosofía en el bachillerato: no asegura que el alumnado de bachillerato disfrute de dos años de entrenamiento en pensamiento crítico, ilustración cultural y desarrollo de las capacidades de comprensión global, crítica y cuestionamiento de los supuestos que debe caracterizar a la Filosofía. Eso queda para los Reales Decretos, que no necesitan de las mismas exigencias procedimentales para ser cambiados y pueden hacer aparecer y desaparecer las materias con facilidad... ¿Ha dejado de ser importante el pensamiento crítico, el cuestionamiento de supuestos, la visión amplia y globalizadora...? ¿No merece ya ser asegurada?
El problema de la LOE supera con creces el tratamiento que en ella reciben la Filosofía y la Ética, pero éste es un síntoma muy claro de lo que pasa en esta ley. Los conservadores dicen que es una vuelta a la LOGSE, los progresistas que es una LOCE encubierta. Los avances que parecía prometer el documento para el debate que dió el MEC se han enfriado, suavizado o desaparecido (por ejemplo, no se toma una postura clara en el tema de la Religión y se vuelve a dejar en manos de los concordatos)... La LOE parece una ley que quiere contentar a todos y que no contenta totalmente a nadie. Una rosa marchita y desteñida que perdió por el camino su color rojo y su fuerza, si alguna vez la tuvo, pero que aún así no dejará satisfechos a reaccionarios ni a renovadores. Todavía tengo la sensación de que se deja la educación en manos más del Mercado que de la Sociedad, que se pretende el civismo más que la ciudadanía, que se persigue la capacitación técnica más que la crítica, la reproducción más que la creatividad...
Carlos P.
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