Las Juanas & Las Otras
Este artículo lo hemos extraído de Rebelión. A pesar tener casi dos años, creemos que es interesante para reflexionar y tomar ejemplo. Un saludo.
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22 de julio del 2003
Reportaje a Alejandra Ciriza, de Las Juanas & Las Otras
Filósofa y Feminista
Diario UNO
Es doctora en filosofía, pero de las que cree que los intelectuales tienen que "bajar a tierra" y devolver a la sociedad parte de lo que han recibido. En sintonía, junto a otras luchadoras tendió el puente entre el ámbito académico y el activismo social creando una ONG de y para mujeres.
Con ellas comparte sueños, utopías, historias y pasados políticos semejantes. Ellas son una docena de mujeres que conforman una singular ONG, Las Juanas & Las Otras. "Cada una de nosotras es una Juana distinta pero al mismo tiempo todas somos Juanas", especifica la filósofa Alejandra Ciriza. Luchadora incansable de los derechos humanos y del históricamente incomprendido feminismo, la reconocida académica está convencida de que "la sociedad tiene derecho de reclamarles a sus intelectuales la devolución de aquello que han invertido en ellos". Por eso motorizó junto a otras féminas un colectivo que sirva para, entre otras tantas cosas, concretar esa devolución "en una proporción ínfima", según evalúa con modestia. Viniendo de una doctora en filosofía, cada palabra, cada expresión que fluye de su pensamiento, es fruto de años de reflexión, de praxis académica y de un profundo trabajo social. La dictadura del espacio, sabrá disculpar el lector, reducirá a lo medular sus dichos pero no logrará menguar ni un ápice el tenor de las convicciones de esta tenaz Juana.
-¿Cómo se autodefinen Las Juanas?
-Somos una colectiva de mujeres que procura trabajar en búsqueda de una ciudadanía plena para las mujeres y el goce pleno de derechos para un colectivo históricamente subalterno, considerado no sólo como diferente sino también desigual. Surgió a partir de un seminario de posgrado que dicté sobre Estudios de Género y Teoría Feminista. A partir de esa actividad académica un grupo bastante grande de mujeres quedó muy entusiasmado y decidimos organizar una ONG. En junio de 2001 empezamos los trámites para la organización formal.
-El punto común fue provenir de un ámbito intelectual...
-Básicamente la mayor parte de nosotras tenemos intereses teóricos muy fuertes en torno del género y los debates contemporáneos acerca del feminismo, pero no sólo eso nos unió. Creíamos no solamente en una teoría crítica sino en una práctica emancipadora. A partir de esa idea pensamos en intervenciones concretas en la práctica política, en procura de la defensa de los derechos de las más desprotegidas.
-¿Tienen una rutina establecida?
-Una de las cosas que nos frena para una actividad más sistemática es la falta de financiamiento. Hubo una convocatoria del Consejo Nacional de la Mujer para financiamiento en programas de oportunidades y equidad para las mujeres. Nos presentamos tantas que ni siquiera han terminado de evaluar los proyectos.
-Y sin ese apoyo económico, ¿cómo se sostienen hoy?
-Eso condiciona las actividades, aunque en realidad la mayoría de nosotras vive de otra cosa. Lo que hacemos son intervenciones puntuales en función de compromisos existentes. Por ejemplo, con mujeres de sectores populares realizamos talleres de sensibilización en problemática de género.
-¿Se ha redefinido el concepto del feminismo con el paso de los años?
-Ser hoy feminista tiene que ver con conservar algunas convicciones fundamentales en procura de la defensa de la igualdad para el colectivo de mujeres. Es cierto que las mujeres han conquistado puestos importantes, por ejemplo la ley de cupos en los partidos políticos, pero eso no es una concesión graciosa, no cayó del cielo. Es producto de una lucha histórica. Se trata de mantener una tensión entre los logros y la historia de las luchas necesarias para la conquista de esos logros. Y esas luchas tienen períodos de avances y tiempos de retroceso.
-Cuando te reivindicás como feminista, ¿cuál es la reacción?
-Se suele pensar en una forma muy estereotipada que ser feminista es ser antihombre. Y esto pasa porque el sentido común dominante en la Argentina es fuertemente patriarcal que asigna a la mujer roles consagrados e irrenunciables como el rol de la maternidad, que construyen en torno de la feminidad una serie de mitos, como el de la seducción o el del amor romántico. Esto no quiere decir que las feministas estemos en contra del amor, la maternidad o la seducción. Actualmente formamos parte de un proyecto de investigación sobre derechos sexuales y reproductivos. Cuando trabajás en ese campo te das cuenta de que la conquista de esos derechos está profundamente ligada con el mandato tácito según el cual debemos ser madres y, es más, disfrutamos profundamente serlo. La Iglesia Católica considera natural que una mujer tenga cuantos hijos le sean dados por Dios.
-Justamente ahora se debate en la Legislatura el tema de la contracepción quirúrgica. ¿Qué posición tienen al respecto?
-Cuando se marca con una fuerza enorme el tema de la maternidad como un deber ineludible de las mujeres impedís que la maternidad se convierta en un espacio de elección. Es maravilloso ser madre pero también es bueno elegir cuándo, cómo, cuántos hijos, con qué espaciamiento. Puede ser que una mujer ya tenga suficientes hijos para sus posibilidades psíquicas, sociales y personales. Un hijo no es un proyecto más en la vida, es para toda la vida. Nosotras pensamos que el logro de la contracepción quirúrgica es un derecho ciudadano.
-Pero el tema de la elección también está condicionado por el entorno social...
-El logro de los derechos para las mujeres no es un tema sencillo. Los distintos colectivos de mujeres nos enfrentamos con muchos obstáculos. El Estado, la Iglesia, la corporación médica y la de los abogados, regulan el cuerpo de las mujeres. Por eso reivindicamos el derecho de decidir en libertad sobre nuestro cuerpo.
-¿Creés que las legisladoras están a la altura del desafío de seguir ganando espacios?
-Nacer en un cuerpo de mujer no determina que una sea feminista y defienda el derecho de las demás mujeres. Hay varones que desean participar de nuestras luchas porque ansían para sí la modificación de los estereotipos patriarcales que los condenan a ser los proveedores. El feminismo es una posición política y teórica que puede ser asumida por mujeres, pero también por los hombres. Si esa mujer en la política no tiene un compromiso previo o lo construye con la sociedad civil termina respondiendo a sus compromisos partidarios.
-¿Qué opinás que se haya archivado un proyecto que beneficiaba a los travestis?
-Si nacer en un cuerpo de mujer o de varón no suponen una orientación heterosexual obligatoria, qué razones tenemos para regular las orientaciones sexuales y las elecciones vitales de las personas. No creo que sea ofensivo que una persona sea travesti y desee tener los mismos derechos ciudadanos que otras personas.
-Cómo ves la transformación de lo que antes fue el Instituto de la Mujer en el actual Instituto de Políticas Públicas para la Equidad entre Hombres y Mujeres (IPPEHM).
-El problema es la discontinuidad. Aquel instituto, que podría haber sido tomado como un espacio para realizar políticas de Estado hacia el colectivo de mujeres, nunca fue considerado con ese fin. A partir de una confusión entre intereses del partido gobernante y las políticas públicas se han producido cambios que terminan dañando las instituciones. El tema de las mujeres siempre ha sido un tema lateral, secundario y urticante.
-Ultimamente han surgido colectivos de mujeres similares a Las Juanas. ¿No es una forma de atomizar la lucha?
-Tiene que ver con la lógica de la política en estos tiempos, con su atomización. De hecho, la sociedad civil se organiza porque el abandono del Estado ha sido brutal. En general, somos pocas y nos conocemos todas, pero nos falta tiempo para articular. No es mala voluntad, no tiene que ver con celos ni competencia.
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22 de julio del 2003
Reportaje a Alejandra Ciriza, de Las Juanas & Las Otras
Filósofa y Feminista
Diario UNO
Es doctora en filosofía, pero de las que cree que los intelectuales tienen que "bajar a tierra" y devolver a la sociedad parte de lo que han recibido. En sintonía, junto a otras luchadoras tendió el puente entre el ámbito académico y el activismo social creando una ONG de y para mujeres.
Con ellas comparte sueños, utopías, historias y pasados políticos semejantes. Ellas son una docena de mujeres que conforman una singular ONG, Las Juanas & Las Otras. "Cada una de nosotras es una Juana distinta pero al mismo tiempo todas somos Juanas", especifica la filósofa Alejandra Ciriza. Luchadora incansable de los derechos humanos y del históricamente incomprendido feminismo, la reconocida académica está convencida de que "la sociedad tiene derecho de reclamarles a sus intelectuales la devolución de aquello que han invertido en ellos". Por eso motorizó junto a otras féminas un colectivo que sirva para, entre otras tantas cosas, concretar esa devolución "en una proporción ínfima", según evalúa con modestia. Viniendo de una doctora en filosofía, cada palabra, cada expresión que fluye de su pensamiento, es fruto de años de reflexión, de praxis académica y de un profundo trabajo social. La dictadura del espacio, sabrá disculpar el lector, reducirá a lo medular sus dichos pero no logrará menguar ni un ápice el tenor de las convicciones de esta tenaz Juana.
-¿Cómo se autodefinen Las Juanas?
-Somos una colectiva de mujeres que procura trabajar en búsqueda de una ciudadanía plena para las mujeres y el goce pleno de derechos para un colectivo históricamente subalterno, considerado no sólo como diferente sino también desigual. Surgió a partir de un seminario de posgrado que dicté sobre Estudios de Género y Teoría Feminista. A partir de esa actividad académica un grupo bastante grande de mujeres quedó muy entusiasmado y decidimos organizar una ONG. En junio de 2001 empezamos los trámites para la organización formal.
-El punto común fue provenir de un ámbito intelectual...
-Básicamente la mayor parte de nosotras tenemos intereses teóricos muy fuertes en torno del género y los debates contemporáneos acerca del feminismo, pero no sólo eso nos unió. Creíamos no solamente en una teoría crítica sino en una práctica emancipadora. A partir de esa idea pensamos en intervenciones concretas en la práctica política, en procura de la defensa de los derechos de las más desprotegidas.
-¿Tienen una rutina establecida?
-Una de las cosas que nos frena para una actividad más sistemática es la falta de financiamiento. Hubo una convocatoria del Consejo Nacional de la Mujer para financiamiento en programas de oportunidades y equidad para las mujeres. Nos presentamos tantas que ni siquiera han terminado de evaluar los proyectos.
-Y sin ese apoyo económico, ¿cómo se sostienen hoy?
-Eso condiciona las actividades, aunque en realidad la mayoría de nosotras vive de otra cosa. Lo que hacemos son intervenciones puntuales en función de compromisos existentes. Por ejemplo, con mujeres de sectores populares realizamos talleres de sensibilización en problemática de género.
-¿Se ha redefinido el concepto del feminismo con el paso de los años?
-Ser hoy feminista tiene que ver con conservar algunas convicciones fundamentales en procura de la defensa de la igualdad para el colectivo de mujeres. Es cierto que las mujeres han conquistado puestos importantes, por ejemplo la ley de cupos en los partidos políticos, pero eso no es una concesión graciosa, no cayó del cielo. Es producto de una lucha histórica. Se trata de mantener una tensión entre los logros y la historia de las luchas necesarias para la conquista de esos logros. Y esas luchas tienen períodos de avances y tiempos de retroceso.
-Cuando te reivindicás como feminista, ¿cuál es la reacción?
-Se suele pensar en una forma muy estereotipada que ser feminista es ser antihombre. Y esto pasa porque el sentido común dominante en la Argentina es fuertemente patriarcal que asigna a la mujer roles consagrados e irrenunciables como el rol de la maternidad, que construyen en torno de la feminidad una serie de mitos, como el de la seducción o el del amor romántico. Esto no quiere decir que las feministas estemos en contra del amor, la maternidad o la seducción. Actualmente formamos parte de un proyecto de investigación sobre derechos sexuales y reproductivos. Cuando trabajás en ese campo te das cuenta de que la conquista de esos derechos está profundamente ligada con el mandato tácito según el cual debemos ser madres y, es más, disfrutamos profundamente serlo. La Iglesia Católica considera natural que una mujer tenga cuantos hijos le sean dados por Dios.
-Justamente ahora se debate en la Legislatura el tema de la contracepción quirúrgica. ¿Qué posición tienen al respecto?
-Cuando se marca con una fuerza enorme el tema de la maternidad como un deber ineludible de las mujeres impedís que la maternidad se convierta en un espacio de elección. Es maravilloso ser madre pero también es bueno elegir cuándo, cómo, cuántos hijos, con qué espaciamiento. Puede ser que una mujer ya tenga suficientes hijos para sus posibilidades psíquicas, sociales y personales. Un hijo no es un proyecto más en la vida, es para toda la vida. Nosotras pensamos que el logro de la contracepción quirúrgica es un derecho ciudadano.
-Pero el tema de la elección también está condicionado por el entorno social...
-El logro de los derechos para las mujeres no es un tema sencillo. Los distintos colectivos de mujeres nos enfrentamos con muchos obstáculos. El Estado, la Iglesia, la corporación médica y la de los abogados, regulan el cuerpo de las mujeres. Por eso reivindicamos el derecho de decidir en libertad sobre nuestro cuerpo.
-¿Creés que las legisladoras están a la altura del desafío de seguir ganando espacios?
-Nacer en un cuerpo de mujer no determina que una sea feminista y defienda el derecho de las demás mujeres. Hay varones que desean participar de nuestras luchas porque ansían para sí la modificación de los estereotipos patriarcales que los condenan a ser los proveedores. El feminismo es una posición política y teórica que puede ser asumida por mujeres, pero también por los hombres. Si esa mujer en la política no tiene un compromiso previo o lo construye con la sociedad civil termina respondiendo a sus compromisos partidarios.
-¿Qué opinás que se haya archivado un proyecto que beneficiaba a los travestis?
-Si nacer en un cuerpo de mujer o de varón no suponen una orientación heterosexual obligatoria, qué razones tenemos para regular las orientaciones sexuales y las elecciones vitales de las personas. No creo que sea ofensivo que una persona sea travesti y desee tener los mismos derechos ciudadanos que otras personas.
-Cómo ves la transformación de lo que antes fue el Instituto de la Mujer en el actual Instituto de Políticas Públicas para la Equidad entre Hombres y Mujeres (IPPEHM).
-El problema es la discontinuidad. Aquel instituto, que podría haber sido tomado como un espacio para realizar políticas de Estado hacia el colectivo de mujeres, nunca fue considerado con ese fin. A partir de una confusión entre intereses del partido gobernante y las políticas públicas se han producido cambios que terminan dañando las instituciones. El tema de las mujeres siempre ha sido un tema lateral, secundario y urticante.
-Ultimamente han surgido colectivos de mujeres similares a Las Juanas. ¿No es una forma de atomizar la lucha?
-Tiene que ver con la lógica de la política en estos tiempos, con su atomización. De hecho, la sociedad civil se organiza porque el abandono del Estado ha sido brutal. En general, somos pocas y nos conocemos todas, pero nos falta tiempo para articular. No es mala voluntad, no tiene que ver con celos ni competencia.
3 comentarios
eva -
Les agradeceria si me pasaran un email o telefono.
Hasta luego
Eva
Elena Vazquez -
diego sachella -
'Seguro,legal y gratuito' es un cortometraje que concretamos,entre otros objetivos, para participar en un concurso contra las formas de discriminación convocado por el INADI.
Deseamos que se vea y se lo promueva sin fronteras y sin necesidad de ningún otro requisito como no sea el hecho de que quienes nos lo soliciten, estén interesad@s en que el tema se pueda debatir. Muchas asociaciones de mujeres de América Latina y de nuestro país lo están recibiendo sin haber hecho más que avisarnos que les interesa.
Un grupo de amig@s doumentalistas acompaña esta invitación sumanod un documental (mediometraje) que realizó sobre y con Romina Tejerina.
No hay condición alguna si desean ofrecerlos para que escuelas,centros culturales,ong's,hospitales,bibliotecas,cátedras,etc.,los usen como material de discusión pedagógica.
Para eso fueron hechos:para poner sobre la mesa la palabra 'aborto' seguida de 'injusticia social', 'ciudadanía de 2ª clase', de 'discriminación de género' y de 'despenalización'.
No duden en escribirnos y les enviaremos copias a partir de las cuales Uds. podrán copiar a su vez y contribuir a la circulación de este debate.
Espero no haber importunado y mando un saludo cordial.
Estoy a su disposición.
Diego Sachella
Docente-Estudiante cine
Ciudad de Buenos Aires
54-11-4304-8211