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DIDÁCTICA de la FILOSOFÍA

OBJECIÓN A EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA

La situación de la nueva área "Educación para la ciudadanía" se está convirtiendo en un puro dislate. No lo ha podido hacer peor la Administración Educativa, que la ha introducido atacando a la materia con contenido específico donde esa educación habría de hacerse: la filosofía. Ahora le ha salido un problema: la objeción de conciencia. Todo es una insensatez. Recuerdo como contraejemplo lo que sucedió con la introducción de la ética en la secundaria obligatoria. Hubo que hacerla contra los intereses de la Administración, que procuró cargársela desde el principio. El mayor o menor prestigio de que goza en la actualidad se debe a la labor de los profesionales de la filosofía, que la hemos defendido con ahínco. No hubo entonces, ni podía haber objeción de conciencia. Materias tan ideológicas no se pueden imponer desde el Estado, sino desde la sociedad civil. ¿Con quién ha contado la Administración para imponerla? ¿Cómo la vamos a defender, si se hace mermando la presencia de la filosofía? En el pecado llevan la penitencia.

Antonio de Lara.

3 comentarios

Profe Portillo -

No hace falta defenderla, es obligatoria y escuálida, una hora a la semana en tercero de ESO, posiblemente robada de la Ética de cuarto (que pasa a ser Educación ético-cívica).
Nos la han asignado a los profes de filosofía y a los de sociales/geografía e historia... Así que en algunos lugares la daremos y en otros no.
De todos modos, vistos el real decreto de mínimos y algunos libros de editoriales, creo que se puede trabajar en ella para introducirnos a la idea crítica, a la puesta en cuestión de lo social, lo político...
Si quisiéramos podríamos hacer "Filosofía de la ciudadanía y filosofía para adolescentes" en tercero de ESO... eso sí, sin pretensiones de llegar demasiado lejos, que una hora semanal es poco...

esbate -

sera una perdida irreparable. no se lo permitamos.al tirano decir no.no.....

Luis -

No la vamos a defender. Nos la van a imponer y, frente a la objeción, apareceremos para algunos como adoctrinadores profesionales, desgraciadamente.