Personalmente
No paro de quejarme con mis compañeros/as sobre lo difícil que es el trato con los grupos de estudiantes. Y me iba a salir un "post" de quejas (incluyendo, por ejemplo, la filosofía reducida a ciudadanía), pero un "destello" de la memoria me ha hecho cambiar de opinión: esta mañana -en clase- al plantear la alternativa entre "profesión" (lo exterior, el reconocimiento, el dinero) y "vocación" (lo interior, el desarrollo personal) (cf.: Saber pensar, de Joao Bautista Libanio), acabó una voz de estudiante defendiendo el incontestable valor del dinero y lo material en general. ¿Cómo responder? La voz del maestro pidió argumentos contra esta tesis difícil de rebatir. Mi victoria fue entregarme a escuchar la fuerza evidente del argumento, antes de usar los tópicos para negarlo. Pedí a los demás estudiantes que me ayudaran. Me rendí a mi ignorancia públicamente. ¿Qué podía contestar? ¿no es acaso la pobreza el problema, y no la riqueza? Ahora recuerdo este momento como feliz porque supe callar, escuchar la idea e invitar a pensar. Algunos argumentos empezaron a tomar forma. Sonó el timbre.
AP
4 comentarios
antonio -
Estuve escuchando a Jorge Humberto Dias (filósofo prático portugués) y afirmaba que la "cultura espiritual" es un ingrediente necesario para la felicidad. ¿Y qué entiendes por tal? le preguntaron. Simplemente -respondió- ser capaz de prestar un servicio gratuito a otros, por ejemplo. Porque ya sabéis que estos tiempos más trascendencia no queda bien.
Luis -
gabriel -
gabriel -
no sé, pero el texto destila cierta melancolía, cierta tristeza que me encorajina. (Últimamente me subleva todo). Al final, no me queda claro si alguien opuso a esa "creencia social" arrolladora y atroz (recordemos a Machado: todo necio confunde valor y precio) otra idea posible y plausible. Leyendo a Julián Marías en un libro sobre Ortega, cita un dicho que solía decirse en el siglo XIX (de ahí nos vienen los problemas: progreso, positivismo, etc) de una persona que valía tantos miles de reales (indicando cúanto ganaba al año). E irónicamente Marías, que citaba aquí a un tal Picavea, comenta que se podría decir que de Cervantes,Beethoven y Van Gogh se podría juntar apenas unas decenas. Es decir, los grandes hombres (los genios)de la historia (científicos, artistas, religiosos, etc.) se han ocupado de cosas trascendentales (inmateriales)...No me queda claro si pusiste de manifiesto la raíz social de ese prejuicio y contrapusiste otras posibiliades creenciales (ideológicas, vamos) más interesantes. Opción: hacer ver las paradojas de una vida dedicada exclusivamente al dinero (P. Singer, Ética para vivir mejor, especialmente capítulo primero y los dos últimos), que no es otra que la paradoja del hedonismo (cuanto más anhelo menos disfruto, etc). Películas que demuestran el error de este siglo son "wall Street" y "American Psycho". y ya me callo, que me enciendo.