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DIDÁCTICA de la FILOSOFÍA

Trátame como si fuera yo...

Trátame como si fuera yo...

Platón dejó escrito que el alma es un espíritu que cayó del cielo y quedó atrapado en nuestro cuerpo, aunque no es seguro que creyera en sus propios mitos. Aristóteles dijo que la psique era estructura, no cosa, pero al cerebro lo confundió con un refrigerador sanguíneo. Descartes, lo sabéis, desarrolló una fisiología hidráulica con la glándula pineal y los espíritus animales: el fantasma dentro de la máquina. Freud pensaba en el psiquismo como en una caldera, todo presión y represión y energía conservada aunque cambiara de forma. ¿Es la máquina de vapor un buen modelo de la vida mental?

Lo cierto es que el cerebro ni recibe, ni almacena, ni reparte energía. Su gelatina gris no es muy probable que venga del cielo. El fantasma está compuesto de neuronas. Y la estructura de Aristóteles está codificada en DNA. ¿Qué hemos aprendido? La conciencia se apaga de noche y el cerebro sigue funcionando. Soñamos todos los mamíferos sin saber por qué, ni para qué, aunque estamos satisfechos con que los ojos se muevan muy rápidos en esa fase. Pavlov tuvo un perro y una luz que lo hacía salivar y Skinner una rata muy lista, pulsadora, enjaulada. Brave new world…

Si usted encuentra una máquina y no consigue distinguirla de un humano, entonces es un humano. ¿Eso es lógico? Los aviones no vuelan como las aves, sus alas son rígidas e inmóviles. ¿Pensamos tal vez como computadoras? La neurona es un sistema receptor-transmisor, quizá una unidad de grabación… ¿y qué más? El impulso nervioso es un proceso electroquímico, hay neurotransmisores, neuromoduladores, neurohormonas, drogas artificiales con la misma forma… y tenemos muchos números: sólo de neuronas, cien mil millones, con mil conexiones cada una y cincuenta tipos de transmisores sinápticos. ¿No es esto suficiente? Tenemos información topográfica, el área de Paul Broca, el córtex auditivo, lóbulos siempre a punto de dañarse por el bien de la ciencia … y no conocemos nada de los mecanismos subyacentes, no entendemos los hechos mentales más simples: tomar una decisión, aprender un número telefónico, recordar con esfuerzo voluntario.

Los huesos y los músculos nos cambian de lugar, pero nunca disponen dónde vamos.
Tendríamos que atraparnos con una percepción correspondiente. Pero esa percepción no existe....

Luis F. Navarro

3 comentarios

Marcos -

Un artículo muy interesante. Me ha llamado la atención esto:

Si usted encuentra una máquina y no consigue distinguirla de un humano, entonces es un humano.

Tal vez esté parafraseado a Turing, en lo que se ha llamado el test de Turing. (http://es.wikipedia.org/wiki/Prueba_de_Turing)

Pero lo que él afirmó no era exactamente eso, sino que "si uno dialoga con una máquina (digamos, por chat) y no es capaz de saber si es un ser humano o una máquina, entonces esa máquina es inteligente".

Inteligente. Obviamente, no humana.

Enhorabuena por tu blog.

antonio -

Luis, como dice Prof. Portillo, tu artículo abre posibilidades y -además- demuestra que investigar la vida humana desde la exterioridad debe completarse con una comprensión desde el "interior"
Un saludo.

Profesor Portillo -

Luis, te felicito por esta reflexión. Llena de sugerencias y cuestiones que abren posibilidades de discusión y de precisión. No es tanto lo que dices como el hueco que creas para el debate y la reflexión.
Un saludo, maestro.