Sobre la felicidad humana y otras creencias
"La Vida humana" de André Comte-Sponville e ilustraciones de Silvie Thibert (Paidós/contexto) es el último libro del género de “filosofía para todos los públicos” que he visto en las librerías; un libro –ciertamente- pensado para regalar en esta época. Está dividido en 12 etapas (o dimensiones) del ser humano: Antes, nacer, niño, adolescente, amor, familia, trabajar, juntos, gozar y sufrir (debate estoicos vs. epicuros), durar, morir, la eternidad. El libro se lee de una sentada y revela algunos secretos, utilizando citas de autores (sobre todo franceses, por ejemplo, su favorito Alain).
La dignidad de la persona está en su filiación (ser hijo de; todos somos hijos-de); que-no- somos-felices (de esto nos enteramos pasados los 40 años ¿podría servir esta advertencia a los jóvenes?); la pareja salvará a la humanidad (el espíritu que hay en la relación, en el compartir, en el aguantarse), aunque una pareja sin hijos no llegue a ser una familia. El trabajo acaba siendo más divertido que la diversión (Baudelaire), a nadie le gusta trabajar –es absurdo- lo que puede gustar es hacer bien el trabajo... cuando no queda más remedio. Heráclito y Parménides tienen razón a la vez porque el "ser es" “todo fluye”. Y, por último, la eternidad: accesible como “presencia” del presente (nunc stans) en las experiencias cumbres. Después nada más… sólo queda la esperanza para los creyentes... No obstante, que un filósofo ateo titule un capítulo "la eternidad", es de agradecer, y sobre todo que lo trate como legítimo problema humano.
A.Pino
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