Breve historia del escándalo (I): Antecedentes filosóficos
Los filósofos y los artistas han utilizado la provocación y el escándalo desde la Antigüedad como un medio de despertar las conciencias, de impactar en su auditorio, de provocarles un "electroshock" cognitivo" (algo similar al koan budista), para cuestionar y criticar las creencias establecidas, la tradición, las opiniones comunes y nuetras prejuicios más arraigados que habitualmente asumimos como verdades apodícticas e irrefutables. Poner en cuestión la doxa es uno de los trabajos básicos del filósofo. Y del profesor de filosofía. Poner en duda las "evidencias" subjetivas en que estamos (que diría Ortega) y criticarlas, comprobando si son verdaderas o falsas, verosímiles o probables, beneficiosas o perjudiciales. Y a eso se le llama capacidad crítica. Los filósofos han estado practicando esta virtud filosófica (epojé) desde tiempos inmemoriales: Recordemos que Sócrates fue condenado por no respetar los dioses griegos, fue juzgado culpable de un delito de impiedad (asebeia) y de corromper a la juventud; que Diógenes ejecutaba happeningsextraños, como pasearse de día con una linterna buscando un hombre, comer pulpo crudo, vestir como un pordiosero, o masturbarse en plena ágora como un medio de transmitir una enseñanza filosófica (Michel Onfray ha sido uno de los que mejor ha sabido interpretar el sentido filosófico de algunas de estas "anécdotas" en su libro Cinismos ), resaltando su profundidad); Aristipo escandalizó a sus contemporáneos el día que decidió vestirse y perfumarse como una mujer (Onfray también ha reivindicado su figura en otro precioso libro). Kierkegaard interpretó como nadie la escandalosa escena del sacrifico de Abraham (el cristianismo era algo escandaloso para la sociedad y la cultura romana: se consideraba a los cristianos como ateos, antropófagos y libertinos). Etc.
G.A.
2 comentarios
juana maria -
antonio -